Vivir sin sentir sería un sinsentido.

Vivir sin sentir sería un sinsentido.
The flower that blooms last is the most rare and beautiful of all.

Tuesday 12 May 2015

Turritopsis nutricula.

Y es en días como hoy cuando esa clarividencia casi absurda que me atavía rebasa mis incongruencias y se pierde en un fugaz espejismo. Pues, ¿cómo puede nuestra entereza arraigarse en la sílice de un desasosiego tan giróvago como incierto? Hay días quebradizos, como el álgido vidrio que los recubre. Días en los que la realidad, azorada y marchita, se fragmenta en mil pétalos de impetuosa lumbre. Días etéreos, casi vaporosos, que me acunan en fluctuante simbiosis. ¿Quién soy yo para despojarme de esa flama asilvestrada que, cual jocoso diablillo, se cuela en los más herméticos parajes de este devenir naciente? El ocaso me amedrenta. La vigilia enmaraña mi núcleo réprobo. Me acecha y me envenena, me intoxica y aniquila. Codicia mis riachuelos argénteos, asaltándolos en la efervescencia de un oleaje inclemente y feroz. Y, por encima de todo, más allá de lo perenne, la conmoción es bella. Se despereza, impávida y serena, y traza con sus pasos una deriva de ensalmos. Perfila con sus mohínes el dédalo que me amuralla. Porque siento que me envaro, que me entumezco. Porque, de repente, mi providencia no parece tan diáfana. Porque hay amaneceres que, sencillamente, aplacan una potomanía angosta, una vesania de cuyo zócalo nos valemos para revertir nuestra rabia, para adormecernos en la ribereña sal de nuestro tálamo añil. Y es que hoy anhelo zambullirme en una vastedad contenida, en la mediterránea luna de un radiante amanecer. Y, por eso, sólo a veces, desvelo mis romanzas a la emanación marina. A veces, sólo a veces, este frenesí fulgente se recrea en los brazos de una ensoñación tan linda como tu nada, como tu todo.

Addah Monoceros.

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