Vivir sin sentir sería un sinsentido.

Vivir sin sentir sería un sinsentido.
The flower that blooms last is the most rare and beautiful of all.

Sunday 27 September 2015

Presa.

Cambiante. Así es el agua. ¡Igual le da su naturaleza! Salada, dulce... vestida de lagos, ríos, mares. Qué sabré yo. Al fin y al cabo, todo origen comparte una moraleja común, una historia universal celosamente custodiada tras el disfraz de los cuentos. Pues todos comprendemos nuestra propia parábola, una realidad cincelada por embustes y verdades, a partes iguales. Todos somos agua, agua que adopta formas tan variopintas como genuinas. ¿Que no lo veis? Dibujamos un compilado de olas susurrantes que se mecen entre sí, independientes pero integrantes de un solo todo. A menudo, el agua que somos se entrega al fuego que la hace disiparse hasta ser casi invisible. No arde, pero quema. Y es entonces cuando se doblega ante su propio clamor, arrojando al vacío esas lágrimas que la hacen suya, (y, por ende, nuestra). ¿No os recuerda a una petición de rendición? ¿No os suena a rebeldía, a un sordo levantamiento contra las llamas que, si bien no la calcinan, cambian su forma y sentido? Es un círculo vicioso en el que el presente se extingue; su unidad de tiempo es tan ridículamente efímera, que concebirla se me hace imposible. Somos agua en constante evaporación y condensación. Agua que traza riachuelos divertidos que desembocan en voraces mares. Agua que alimenta (pero ahoga). Es el agua de lo perpetuo, el agua de lo infinito, el agua que prueba nuestra eternidad. Quizá debería aceptar, pues, que la muerte es vital, que comprende una brecha de cordura en nuestra carne precaria y caduca, una sonrisa esculpida en identidades aparentemente clónicas que gesticulan y evidencian materiales intangibles. Podría perfilar eximios pedazos de eones, hilvanando las profusas cataratas que alguna noche se entrelazan en el tapiz de mis pestañas; fracciones del todo de nuestro todo, y del todo de dicho todo — así hasta que mi diástole se diluya y sólo quede el tinte acuoso de una tímida gota de lluvia plateada en el océano del tiempo. 
Addah Monoceros.

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